*Buenas Rafa!
Antes de nada, darte las gracias por dejarme un poco de tu escaso tiempo libre para responder a esta entrevista. Para empezar, y para quien no te conozca, ¿quién es Rafael Fernández, alias “Ezcritor”?
Un hombre feliz de 38 años que ama escribir, a su esposa, a su perra, las pizzas, el cine y los donuts y verle las tetas a sus lectoras para hacerse una paja. Tiene su propia editorial y vive de lo que publica allí.
*En 1996 empieza tu “carrera” como escritor al ganar el premio “Pedro García Cabrera” por tu relato “Relato sincero de una pared enamorada”. ¿De qué iba este texto? ¿Qué tenía este Rafa que sigue hoy en pie?
“Relato sincero de una pared enamorada” fue lo primero que escribí con un comienzo y un final. Vi un concurso regional anunciado en el tablón de anuncios del instituto donde estudiaba y dije “voy a ganarlo”. La mañana que se fallaba el concurso me puse tan nervioso que salí de casa. Me pasé toda la mañana paseando por la ciudad, a pie, sin rumbo. Cuando regresé a casa, a la hora de comer, mi hermana me dijo que habían llamado por teléfono desde la isla de la Gomera porque había ganado un concurso literario. Mis tíos pensaron que había ganado un concurso literario de preguntas y respuestas. Nadie de mi familia sabía que me había presentado a un concurso de relatos. Yo no le interesaba a nadie, no tenía a nadie a quien contárselo. Nadie sabía que escribía. 50.000 pesetas me dieron de premio. Y un viaje a la Gomera para recoger un diploma. No tenía máquina de sacar fotos, no tengo ni un recuerdo de ese día. Pensé que era facilísimo ganar concursos. No volví a ganar ningún premio literario hasta 10 años después, cuando escribí el libro “Diarios secretos de sexo y libertad”.
“Relato…” es un cuento muy influenciado por Gabriel García Márquez al que yo adoraba por aquel entonces como si fuera Dios. Luego cambié a Gabriel García Márquez por Henry Miller. Y ahora no tengo Dios, si alguno quiere ser mi Dios que me llame por teléfono.
El Rafa que escribió ese relato era inseguro, virgen hasta sexualmente. Me había quedado sin padres a los 10 años y estaba rodeado por una familia malvada y mediocre. Temía escribir algo que enfadara a alguien. Al final del relato hay un poco de sexo y estaba avergonzado por si lo leían mis abuelos (con los que vivía, me quede sin padres a los 10 años). Ahora no soy ni inseguro, ni virgen y solo permito que me rodee gente con alta calidad humana. Así que ya no queda nada de ese Rafa y la verdad es que no le echo de menos. Sólo pena por él y por tanta vida que desperdició.
Una anécdota de ese relato. El plazo para entregar ese relato se cumplía al día siguiente. Yo no tenía ordenador ni impresora en casa. Le pedí a un amigo que me dejara pasar el relato “a máquina” en su casa. Me dijo que sí, pero se incomodó: yo no sabía escribir en un teclado y estaba tardando bastante en transcribirlo. “¿Estás seguro que esto es necesario?“, me preguntó. “No vas a ganar”, aseguró. Recuerdo que le miré como el que ve a un extraterrestre por primera vez. Yo estaba seguro de que iba a ganar. Me sentí extraño por estar tan seguro de algo en mi vida. Creo que fue la primera vez. Aunque ya digo, volví a presentarme a un montón de concursos después de ese, estando igual de seguro de que iba a ganar y no volví a ganar nada hasta 10 años después.
*A continuación, en 2001 empiezas el germen de lo que sería tu salto a la fama con el blog “Diarios secretos de sexo y libertad”. ¿Cómo nació esta idea? ¿Pensabas que algún día llegaría a ser lo que es hoy en día? ¿Qué pretendías mostrar en él?
Lo primero que escribí de los “Diarios secretos” fue un relato de lo que me pasó el 11-S, cuando estaba trabajando en “El corte ingles” vendiendo revistas y periódicos. El relato se llamaba “A mi jefe no le cae tan mal Bin Laden”. Fue un éxito entre los empleados de “El corte ingles”” y mi jefe me quería pegar. Luego escribí un relato en primera persona riéndome sobre los musculosos usuarios de un gimnasio al que iba. Por fortuna estos jamás leyeron el relato porque no sabían leer o utilizar internet. Si lo hubieran leído ahora estaría muerto. Empecé a disfrutar escribiendo relatos en los que me reía de la gente que yo sentía lo merecían. Surgió el término de “subhumano” para referirme a ellos. Luego, dejé de escribir “de verdad” porque leí a Henry Miller, eso me hizo fuerte. Dejé de vivir en casa de mis abuelos y me independicé. Me fui a vivir al otro extremo de la isla, la zona turística. Mis abuelos se alegraron mucho cuando me fui de su casa, jamás volví a saber de ellos, nadie de mi familia me llamó por teléfono jamás. Empecé a trabajar en una disco y me pasaba el día follando o borracho o en la playa. Durante esos 3 años lo único que escribía eran unas líneas, en un diario personal que publicaba en internet y que me había hecho con el FrontPage donde contaba que había hecho cada día.
Cuando el tiempo de la disco pasó y me fui a vivir con mi novia de toda la vida a otra isla me sentí frustrado, triste, solo. Me veía como un desgraciado, un perdedor. Trabajaba en un hotel de camarero y la gente que me rodeaba era una mierda. No había nada de “arte” ni nada “especial” en mi vida. Nada con “clase”. Ningún sueño. Necesite escribir. Para vengarme de todo lo que me rodeaba. No buscaba más que escribir, sin ningún fin más que la venganza y el desahogo.
*En este diario escribías sobre Sigmundo, tu alter ego de la época en la que trabajaste de camarero en una discoteca de la zona. ¿No te daba miedo que hubiera gente que se viera reflejada en tus textos? ¿Tuviste algún problema con personas que aparecían en los textos o en las fotos?
Ya me había ido de ese lugar, estaba en otra isla y no mantenía contacto con nadie de allí. Las turistas iban y venían. Eran noruegas, finlandesas, inglesas: poco se iban a preocupar por lo que un chalado estaba escribiendo en un ordenador de Fuerteventura para 20 lectores y en español. Nunca escribo con temor a “que pensara esa persona si se siente identificado en este personaje que está basado en él”. Escribo lo que tengo que escribir. Lo que yo crea sobre esa persona no tiene que ser cierto. Cada uno tiene derecho a tener su opinión. ¿Por qué no a escribirla? Sé que mis libros han hecho daño a muchos ex compañeros de trabajo y ex amantes. Lo siento muchísimo. Yo he vivido mi vida y tengo derecho a contarla. Además ninguno de mis personajes es nadie real. Utilizo muchas cosas de muchas personas que he conocido a lo largo de mi vida para crear a mis personajes. A lo mejor lo que cuento que me pasó con “X” lo viví con “F”. Por ejemplo Saki, de los “Diarios secretos” son 5 personas que he conocido a lo largo de mi vida. No sólo una persona.
*Y ahora la pregunta que siempre te han hecho al respecto, ¿qué hay de real en Sigmundo y cuánto de inventado?
Eso jamás lo diré porque puedo decepcionar o asustar. Pero para no hacerme el antipático ni demasiado el interesante te diré que me divierte mucho que la gente crea que lo que es mentira es realmente verdad y viceversa.
*Después de varios años escribiendo “Diarios secretos de sexo y libertad”, llega el 1º concurso de blogs del periódico español 20Minutos. ¿Cómo te enteraste de este concurso y por qué te decidiste a presentarte? ¿Tenías certeza de que ibas a ganar?
Como dije antes, de verdad que no sabía lo que era un blog. Yo solo escribía. Alguien hizo spam y dejó un link al concurso en un foro que yo había formado para que los que fueran leyendo la novela comentasen y me ayudaran a mejorar la ortografía. Le di al link y leí eso de los blogs, de los 3.000 euros del premio, de escribir en un periódico si ganabas. Me moló. Pero claro, llevaba años presentándome a concursos, y había perdido la esperanza de volver a ganar alguno, más aun con este material lleno de sexo, insultos, fotos de tetas, etc. Pero me presenté. Al día siguiente hice cambios con el FrontPage y dije que esa página era un blog. Pero nunca lo fue ni consideré que estaba escribiendo un blog. Era una novela por capítulos desde el segundo 0. Para disfrazarla de blog solo tenía que poner a cada capítulo con el FrontPage la fecha del día en que publicaba y abajo un link a los comentarios. Como no tenía sistema propio de comentarios, el link llevaba a un foro, a un tema nuevo que creaba cada vez que terminaba de escribir un capitulo. No pensaba que iba a ganar ni de coña. Ni siquiera cuando me pagaron el viaje para que estuviera presente en la ceremonia de entrega de premios. Estaba segurísimo que iba a ganar Orsai, que se quedó finalista junto a otros 3 oponentes. Orsai ya era una leyenda en internet y yo no era nadie.
*Te presentaste en la categoría de “Erótico” y la ganaste, y además, ganaste la de “Mejor Blog en Castellano”. ¿Cómo te quedaste al saberte ganador del premio más importante del concurso?
No estaba ni en la ceremonia. El avión que me traía desde Canarias a Madrid se retrasó dos horas. Me hice un lio al llegar a Madrid, con el cambio de hora. Como un paleto me perdí por el Metro, llegué muy tarde al hotel para dejar la maleta, no sabía cómo ir al lugar donde se celebraba la ceremonia de entrega de premios: pillé un taxi, estaba en el taxi, alguien me llamo por teléfono: un lector que estaba en la ceremonia “¿Dónde estás? ¡Has ganado!” “¿En serio?” “¡Todo el mundo está preguntando por ti!” Había ganado el premio que iba a cambiar mi vida, era el momento más importante de mi vida y yo estaba solo, encerrado en un coche con un taxista antipático que no paraba de criticar a los otros conductores. Cuando llegue al lugar casi todo el mundo se había ido. La entrega de premios estaba media vacía. Me sacaron unas fotos. Yo no conocía a nadie. El director del periódico se me acercó. Le dije que quería donar el premio (3.000 euros) a una asociación que cuida de niñas violadas en Colombia. No me creyó. Arsenio Escolar siempre me miraba como si yo estuviera loco o fuera un fraude. Nunca fue sincero conmigo ni tuve una relación laboral honesta con él. Me ocultaba datos y se inventaba cosas. Él hubiera querido que ganara Orsai. No le gustaba que subiera fotos de tetas a mis posts ni mi forma de escribir. Pero no sus hijos, Ignacio y Héctor (éste último no votaba pero tenía impresos en casa los capítulos que yo iba publicado por internet de los “Diarios secretos de sexo y libertad” y presionó a su hermano para que me leyera y diera su voto). Ellos, junto a Pepe Cervera y sobre todo Ricardo Villa fueron los que hicieron que yo ganara ese gran premio del jurado. Me sentí muy solo en la entrega de premios. Me había comprado una chaqueta. Me sentía estúpido con esa chaqueta. Solo. Me fui. Me llamaron del periódico “¿Dónde estás ahora?” Les dije que me sentía solo y que me había ido. Pensarían lo inevitable, que estaba loco y era un niñato. “Vuelve”. Regresé, me emborraché. Me sacaron más fotos. La gente se me empezó a acercar. Empezaron a llegar lectores. Me sentí muy feliz. Regresé al hotel sólo. Alguna lectora quería lio, pero yo estaba tratando de ser fiel a mi novia de por aquel entonces. Recuerdo que, aparte de donar la totalidad el premio, le di 50 euros a un pobre que me encontré por el camino. Ese día me sentí el amo del mundo. No necesitaba dinero. Por fin era escritor.
*Gracias a ganar este concurso, empezaste a trabajar en Madrid como bloguero del periódico 20Minutos. Estuviste durante 3 años ahí con tu blog “¡Quiero ser eZcritor de éxito!” lo cuál te permitió llegar a una cantidad inmensa de lectores (fuiste el blog más leído durante mucho tiempo si no recuerdo mal). ¿Qué recuerdos te llevas de este tiempo con ellos?
Fue un tiempo MARAVILLOSO y estoy muy agradecido a la vida que me diera esa oportunidad. Trabajar en “20 minutos” me permitió ver que ruin, miserables y envidiosos eran el 99% de los periodistas. Eran profesionales del corta y pega y se llamaban periodistas. Yo pensaba que un periodista debía de ser como Tintín, siempre en la calle, de aventuras, investigando. No. Se pasaban la vida en Internet, en un despacho, criticando al compañero o tratando de arreglar el país en una columna de opinión como hacen los viejos en los bares al lado de un vino. Como máximo iban a una rueda de prensa a tomar apuntes como yo hacía en la escuela cuando le profesor explicaba su lección. Los periodistas que conocí allí (menos Hernán Zin) eran mediocres. Trabajar en “20 minutos” me hizo llegar a una legión de chicas a las que me folle y a un montón de amigos y lectores que ahora compran mis libros. Me permitió conocer a un montón de famosos, como a Stallone, Bisbal… jajaja. En la islita de la que venía solo podía ver a esa gente en la tele, ahora podía hablar con ellos, hacerles preguntas. Aun hoy veo muchas pelis con mi esposa y pienso: “joder, yo he hablado con ese. Meamos juntos en un baño”. Es divertido. Me hizo ver que la fama no era como yo la imaginaba ni que iba a ser nunca más feliz por ser más o menos famoso. Tras 5 minutos de ver a un famoso te das cuenta que está tan jodido o feliz que tú. Quizá con más dinero, pero su vida son baches, como la de todos. Ellos también tienen un trabajo que odian o una mujer a la que no se pueden follar o una relación de mierda. El 99% del famoso que hoy es millonario y guapo mañana es viejo, miserable y olvidado. Aprendí a dejar de ser un paleto: de endiosar a los que salen por la tele o tienen un minuto de fama en el cine.
*Al final, como muchas veces ocurre, vuestra relación se vio truncada y dejaste de trabajar con ellos. A continuación estuviste haciendo cortos, pilotos de series, trabajaste incluso con Santiago Segura para Torrente 4…hasta que decidiste dedicarte a lo que más te gusta: escribir. ¿Qué tal fue ésa época alejada de los libros? ¿Qué te llevó a decantarte por la escritura?
Llevaba 3 años escribiendo posts todos los días. Estaba obligado por el periódico a escribir 5 post a la semana. Yo escribía 7 o 12. Vi en el trabajo de guionista una oportunidad para cambiar un poco y ganar encima más dinero. Salí del periódico porque dejé de confiar en Arsenio Escolar como editor. No podía dejar mi carrera en manos de ese señor. Presenté un proyecto de serie a una pequeña productora y me contrató inmediatamente (en negro). Esa productora mal vivía de hacer videos corporativos, querían dar el salto a la televisión. Estuve escribiendo guiones tres años, solo guiones: ni libros ni relatos. Escribir guiones es más descansado que escribir una página de un libro. Metes al lector en situación diciendo tan solo: NOCHE. EXTERIOR. DORMITORIO. Y luego solo tienes que escribir los diálogos. A un escritor de narrativa le viene genial aprender a escribir guiones. Es un ejercicio necesario porque aprendes a simplificar.
Comencé a dirigir porque aquella productora no tenía directores ni realizadores preparados para dirigir lo que yo escribía. Y antes de que dirigiera un miserable prefería hacerlo yo con mi amigo Illia Torralba con el que me entendía a la perfección y con el que había rodado algo en el pasado. El primer proyecto que les hice salió muy bien. El canal de televisión Neox quiso comprarlo, pero por poco dinero y la productora dijo que no. Eso me jodió mucho. Pero consiguieron un contrato con Neox, por un año y pico. Fue una época feliz.
Hicimos un segundo proyecto, pero no me dejaron terminarlo ni dirigirlo bien. Unos tipos que iban de profesionales y que no sabían narrar le comieron la cabeza al productor y éste perdió la confianza que tenía en mí. Para colmo eran racistas “él es canario, nosotros somos madrileños”. Me apartaron de la edición y el proyecto quedó de vergüenza. El productor me echó de la productora diciendo que yo valía lo mismo que una mierda, que era un aprendiz. Me hundí. Me quedé sin trabajo, ni siquiera tenía paro. No tengo familia ni amigos, no tenía a quien pedir dinero para pagar el alquiler del mes siguiente o para comer algo. Ese fracaso y las palabras del director me habían hundido. Pero de pronto llegó Santiago Segura. Era súper fan de mi trabajo como guionista y escritor. Yo le había dirigido en una ocasión en un piloto y le había gustado lo que había visto. “pero si vales un montón, los que no se enteraban de nada eran ellos” me dijo. Y me contrató como asesor de guión en Torrente 4. La peli hizo 21 millones de euros. ¿Y la productora de la que salí? Han vuelto a malvivir de hacer videos corporativos. Y no saldrán de eso jamás.
*Empezaste tu andadura, si no recuerdo mal, con la puesta a limpio de “Diarios secretos de sexo y libertad”- ¿Cómo fue rencontrarse con los textos que tanto tiempo atrás habías escrito?
Lo que escribía por aquel entonces eran líneas, ideas, bocetos. Ponía una foto y cuatro líneas explicándola. No sabía si mi novia de aquella época lo leía, así que no escribía nada de sexo. Me sirvió para recordar cosas, pero la reescritura de los “Diarios secretos de sexo y libertad” fue verdaderamente empezar si no de 0, si de 1.
*Y el proceso de “limpieza”, ¿cómo fue? ¿Retocaste o añadiste muchas cosas? ¿Cuánto tiempo te llevó?
Creo que tarde 3 años. Al principio escribía desde el ordenador de mi novia de aquella época, cuando ella se acostaba, escribía en un documento Word que al terminar escondía entre las carpetas del sistema para que no lo encontrara porque si leía las cosas que allí escribía me dejaría. Luego me fue mejor: encontré un trabajo de recepcionista nocturno donde me pagaban dignamente. Me compré un ordenador y me pasaba la noche en la recepción de ese hotel, escribiendo. El 50% de los “Diarios secretos”, lo escribí allí. Me fui al paro un par de veces y aprovechaba ese dinero para encerrarme a escribir. Luego gané el concurso del mejor blog del año en castellano. Tenía que escribir cada día en el periódico. Y vivía en Madrid, salía cada noche con chicas. No me apetecía terminar de escribir los diarios. Me quedaban solo 3 capítulos por escribir y no los escribía. Una noche los escribí de seguido, ante la insistencia de los lectores. Lo disfrute machismo. Los publique en internet, en mi web, como siempre. Y dije, ya está. Ahí os quedáis “Diarios secretos de sexo y libertad”. Voy a seguir escribiendo chorradas para el periódico y follando con lectoras. Prefiero salir por las noches que pasarlas escribiendo. Ya me he dejado suficiente vida delante del ordenador.
*Una vez hecho todo el trabajo, empezó la ardua tarea de buscar editorial, y no conseguiste
ninguna que quisiera publicar tu trabajo 100% original. ¿Qué te decían? ¿Por qué se negaban a publicar tu trabajo original?
Querían quitar cosas: que si no podía decir que me masturbaba viendo como Letizia presentaba las noticias antes de ser princesa, que si había que quitar del libro todas las fotos de las turistas que me follaba, que si quitar al personaje del argentino… querían quitarle a un libro que se llama “Diarios secretos de sexo y libertad” el sexo y la libertad. Yo tenía claro que en la vida había tenido muchos trabajos de mierda, de subhumano. Trabajos que había tomado únicamente para sobrevivir. Pero también tenía clarísimo que jamás iba a permitir que convirtieran mis libros en un trabajo de subhumano. Los diarios iban a publicarse como yo quería o no los publicarían. Nadie iba ni va a cambiar mi forma de escribir o crear nunca. Ese es mi cielo, mi libertad. Así que no los publicaron. No sentí nunca que había perdido una gran oportunidad. Los diarios son un trabajo de calidad, de años. Y el trabajo que se hace así siempre sale adelante, tarda si no tienes contactos o el apoyo de una gran editorial o tú te cansas de luchar en algún momento del camino (como hice yo). Pero si has escrito algo que merece la pena va a llegar a dónde se merece tarde o temprano. Mira “La conjura de los necios”, por ejemplo. La de necios que se conjuraron para no publicarla. Pero al final se publicó y se convirtió en un clásico.
*Gracias a estas negativas, surge “Mi Cabeza Editorial”. ¿Cuánto de valor y cuánto de inconsciente hubo en tu cabeza para lanzarte de lleno a la piscina con tu trabajo?
Realmente “Mi Cabeza Editorial” fue la última opción. Ni yo mismo confiaba en mí. Tenía un montón de miedos e inseguridades en cuanto a publicar mi propio material. Tenía la segunda parte de los “Diarios secretos de sexo y libertad” guardada en un cajón, no me había atrevido a enseñársela a nadie. Sin embargo tuve la gran suerte de que llegara esta crisis, de que me quedara sin trabajo, nadie me contrataba para nada, tenía sólo 1.100 euros ahorrados. Nadie me contrataba para nada. Me iba a convertir en un mantenido de mi esposa hasta que ella se cansara de vivir con un despojo que no hacía nada y me echara a la calle. Fue ella la que me obligó a publicar mi material. Me mantuvo dos meses mientras ultimaba la publicación de “20 Polvos”. Para mi sorpresa, desde el minuto 1 que puse “20 Polvos” a la venta empecé a vivir de mi escritura. Le devolví a mi esposa todo el dinero que se había gastado en mantenerme en un par de semanas. Y vivo de mis libros desde entonces. Desde hace un año y seis meses. Cada mes se venden mejor, se está corriendo la voz, al principio la gente le daba vergüenza recomendarlos, pero ya se han acostumbrado y gritan por el Facebook o por el Twitter que están buenísimos y que se lo han pasado genial leyéndolos. Veo como cada mes vendo 6 o 7 libros más que el anterior. Es muy poco dirás, pero es suficiente para mis gastos y propósitos. Cada mes vendo unos 70 ejemplares.
*Y ahora, sé más sincero aún si cabe, ¿recomendarías a los escritores que no tengan suerte con las editoriales que se autoediten? ¿Qué ventajas tiene? ¿E inconvenientes?
Pues claro que lo recomiendo. Si no confías en ti para autopublicarte, si no arriesgarías tu propio dinero por tu propio material ¿cómo vas a esperar que otros lo hagan? Es difícil que alguien te descubra si no te has descubierto tú mismo. Es como en última peli de Batman, “si saltas sin cuerda saltaras con más fuerza”. Dejarás de escribir ombliguismo, chorradas o a lo Joaquín Sabina. Si necesitas recuperar el dinero o vivir de tu libro te vas a preocupar mucho por entretener al lector, dejaras de escribir cosas sin sentido o para hacerte el inteligente o poesía a lo Góngora.
¿Ventajas? Todas ¿Inconvenientes? Ninguna.
*Uno de los puntos fuertes que tuvo el libro fue la acogida por parte de tus “mecenas”. ¿Te esperabas un apoyo tan grande?
La verdad es que, tras sacar “20 Polvos” sin ayuda de nadie, esperaba más apoyo de mis lectores. Miraba con envidia a Orsai, una revista que tiene más de 5.000 mecenas por ejemplar, les dan el dinero para hacer las revistas antes de crearlas. Esperaba llegar a 1.000 mecenas por libro. Sólo llego a 200 mecenas por libro pero… la realidad es que con 200 es más que suficiente. Y que soy súper feliz. No necesito 1.000 ni 5.000.
200 es el número. Gracias mecenas.
Y luego están los milagros que suceden en la vida cuando eres un loco que vive sin plan B y arriesgándolo todo. Tengo un lector-mecenas que vale por 50. Se llama Pedro María Aliseda Cerrato. Cada mes me ingresa casi 500 euros para que siga escribiendo. Me los ingresa de forma desinteresada. Jamás me ha pedido nada a cambio, ni siquiera sexo. Tiene una empresa de web y hostings que se llama Mundoserver.com. Es millonario. Y para mí un ángel.
*Después del éxito de “Diarios secretos de sexo y libertad”, vino su continuación “20 Polvos”, donde sigue la aventura de Sigmundo. ¿Qué nos podremos encontrar en este nuevo libro?
Es más libro que los diarios, mas pensado, más intenso. “Diarios secretos de sexo y libertad”, es una diarrea mental, “20 polvos” es un tiro de cocaína. Sig se ha vuelto loco. Odia a las mujeres, al mundo. Está en esa época de que solo le interesa su polla. No confía en nadie. Está muy dañado de la cabeza. Siente que todo los que le rodean son un fraude, basura y la trata como tal. Piensa “si las reglas del juego son estas, son una puta mierda y me las voy a saltar todas”.
*Si alguien por equivocación comprar “20 polvos” primero antes de “Diarios secretos de sexo y libertad”, ¿tendrá algún problema en seguir la historia?
Al revés. Es mejor empezar por “20 Polvos”. Es como ver Star Wars, episodio 4 y luego ver el episodio 1. También, cuando lo publique, puedes comenzar a leer “El comedor de coños”, la última parte de las aventuras de Sig sin haber leído las dos anteriores. Son libros independientes pero cuando lees los tres ves la historia y evolución general. Pero recomiendo empezar a leer las aventuras de Sig por “20 Polvos”. Es más intenso y más barato (tiene menos páginas, “Diarios secretos” tiene 670, “20 Polvos” 262 páginas)
*Por último, y para dejar descansar a este libro, según has puesto en tu web, “20 polvos” va a ser editado en inglés bajo el nombre de “20 fucks”. ¿Cómo ha surgido la posibilidad de hacer esta versión en inglés? ¿Cómo crees que se tomarán tu libro en tierras tan “políticamente correctas”?
Alicia L. Alonso compró “20 Polvos” le gustó, creyó en sus posibilidades en el mercado anglosajón y me lo propuso. Ella es bilingüe de nacimiento, su madre es canadiense. Así que controla de forma natural y perfectamente el idioma. Luego está que escribe, yo había leído cosas de ella y me gusta, es muy buena. Por último tiene un sentido del humor agudo y sobre todo es mujer. Pocas veces una mujer defrauda trabajando. Cuando dicen que van hacer algo lo hacen y son muy detallistas y perfeccionistas. Pensé que era perfecta para la aventura y que estaba ante una gran oportunidad que no debía dejar pasar. Así que firmamos un contrato (el 50% de los beneficios para ella) y lo sacamos ya, en un par de semanas porque Alicia sigue revisando de forma obsesiva. Necesitaba 500 euros para hacer el proyecto realidad, por los costes de impresión, etc, hice un llamamiento en mi blog y a los 10 minutos, un lector llamado Paco Lambea los donó para la causa sin pedir nada a cambio. Me contó que la noche anterior había leído el libro “El secreto” y cuando se levantó y leyó mi post dijo “esto es”. Gracias Paco. Paco también quiere ser escritor. Su blog es http://heridaspiadosas.wordpress.com
*Y tras estos dos libros, entraste en un mundo totalmente distinto. El mundo del terror con el libro “Un bebé”. ¿Cómo pasaste de unos libros eróticos a unos de terror? ¿Cuáles son tus influencias en literatura de terror?
Yo no diría que mis novelas son eróticas, sino pornográficas en todo caso. O de amor. O dramáticas. O de humor. Son todo eso. Sólo que meter sexo en un libro es como meter un bote de pimienta en una sopa. Dejas de saborear el resto de los ingredientes. El sexo es lo único que se ve. Escribir una novela de terror surgió porque deseaba hacerlo con todas mis fuerzas. Amo el cine de terror, la serie B de toda la vida. Me gustan mucho las novelas pulp de terror. Pero no quería hacer una novela demasiado ligera o tonta. Quería hacer una novela que realmente pudiera ser una película de Cristopher Nolan. Un libro elegante, con una buena historia al inicio y otra de cierre. Santiago Segura me contó que en las películas es conveniente dar un giro a mitad del metraje, porque si no el escritor se aburre. Así que decidí dividir el libro en dos partes muy diferenciadas. Una primera parte de amor, morbosa, muy realista en la que ir metiendo poco a poco, los elementos fantásticos que estallan en la segunda parte. Tenía mucho miedo de empezar con una traca fantástica y perder al lector. Así que las cosas sobrenaturales van ocurriendo poco a poco para que el lector pueda ir asimilándolas. No tengo influencias en la literatura de terror. Mi única influencia la tengo en Steven Spielberg. Vi de pequeño el making of de “Indiana Jones y el templo maldito”. Se me quedaron grabadas sus palabras. “Hay que ponerse en la butaca del espectador, pensar si lo estás aburriendo, qué es lo que le falta a tu película para entretenerlo”. Yo escribo siempre pensando en esa butaca. Siempre, cuando escribo, imagino que estoy viendo una película: pero en lugar de filmarla, la escribo.
*¿De dónde sacaste la idea de que el protagonista fuera un bebé?
Era una idea que tenía aparcada en la cabeza desde hacía años. Hubo un momento, tras la muerte de mi madre, que me obsesioné con la vida tras la muerte y las reencarnaciones. Me volvía loco que quizá mi madre estuviera naciendo en otro lugar. Se me ocurrió que quizá, si se reencarnaba me vendría a buscar y yo no la creería. También pensaba mucho en la idea de que si quizá volviera a nacer, tendría otra vida, no cometería los mismos errores de nuevo si recordase la vida anterior. Convertí esa historia en “Un bebé”. Sólo que el bebé era mi padre, que es un hijo de puta. Me apetecía escribir algo para vengarme de él por abandonarnos cuando éramos niños y por no tratar nada bien a mi madre. Cada vez que escribo un libro sobre la gente que ha hecho mal a mi vida y que me ha traumatizado, me curo y dejo de pensar en el tema.
*Además de la historia del bebé, se juntan historias reales, de un asiático y autobiográfico. Por no desvelar mucho del libro, dejaremos el tema del asiático de lado para intrigar a la gente. ¿No te dio reparo poner temas personales en el libro?
No me da reparo escribir nada. Es mi deber escribir todo lo que me de reparo. Las cosas que dan reparo escribir son las más interesantes e impactantes. Todos mis libros son humillantes y vejatorios tanto para la mujer como para el hombre. Tanto para los blancos como para los negros. Cada historia que escribo la cuento como si fuera un demente. Si no escribo algo que siento que no me va a meter en problemas, no lo escribo.
*Una vez hablado de la historia del libro, es hora de hablar de la forma de escribir la historia. Para el lector que no lo sepa, no es un libro al uso con texto y alguna fotografía suelta, no, es un libro con texto, imágenes y…cómic! ¿Cómo se te ocurrió ésta idea?
Necesito que mis libros sean lo más buenos posible. Si son malos y si no lo lee quién lo compra, no me va a comprar el próximo. Y si no me compra el próximo voy a pasar hambre pues vivo sólo de las ventas de mis libros. Perder un solo lector para mí supone una tragedia. Representa una semana que no voy a poder pagar la compra en el Mercadona. Así que antes de escribir me pongo a pensar ¿Por qué compraría yo este libro? ¿Cómo puedo hacer para contar la historia de forma más atrayente y que les guste más el libro y no les parezca otro libro de terror del montón? Pensé en utilizar el lenguaje del cómic para contar capítulos del libro. Así además, esos capítulos iban a permitir al lector ver las partes más fantásticas del libro: las más difíciles de creer e imaginar, así como las escenas de acción. Me ayudaría a meter al lector dentro de la historia y además lo mimaría con esos grandísimos dibujos. La novela sería más visual.
*En “Un bebé” podemos encontrar varias tiras de cómic contando distintas historias. ¿Qué artistas has contratado? ¿Se extrañaron al ver lo que les proponías dibujar?
Que va. Los dibujantes a los que recurrí ya me conocían bastante y sabían que bestia soy escribiendo. Es más, Mónica me decía que era muy light el material que le estaba dando, que apretase. Y eso que en su primer cómic de 6 páginas salían 7 violaciones y varios asesinatos y suicidios. Yo quería que Mónica dibujase todo el libro, pero ella tenía mucho trabajo y sólo se podía encargar de 3 cómics. Necesitaba otro dibujante y recordé a Rocío, que es una gran amiga que dibuja de puta madre pero que nunca había hecho cómic. No me equivoqué al contactarla pues hizo unos cómics de puta madre. Me dio reparo enviarle el guión de “la iglesia” , contenía una escena pedófila. Le envié un email explicando por qué era necesario en la historia, etc. Me dijo que no tenía ningún problema en dibujarlo y se rió de mis miedos. Por último apareció Yeray Fuentes, un ex compañero de trabajo de “El corte inglés”. No nos veíamos desde hacía años y contactamos de pronto. Ya estaba terminando de escribir el libro pero le pedí que colaborase porque le admiro inmensamente desde hace una década y siempre habíamos querido hacer algo juntos. Ahora era la oportunidad. Hizo dos cómics absolutamente míticos.
*Si te soy sincero, cuando recibí el libro, tuve que contenerme mucho, porque si no hubiera sido así, el libro lo habría devorado en unos pocos días. ¿Cómo ha sido la respuesta de tus lectores de “Diarios…” y “20 polvos” frente a este libro?
A los lectores de mis dos anteriores libros les da cosa comprármelo. Están acostumbrados al tono realista de Sig y piensan que voy a defraudarlos con desvaríos, que sólo sirvo para retratar realidades, no para inventarlas. Sin embargo, todo el que lo ha leído “Un bebé” le ha gustado y se ha sorprendido mucho. El libro no se estaba vendiendo bien al principio, sólo me lo compraron mis lectores incondicionales, pero este mes estoy teniendo unas ventas increíbles. De pronto está gustando y mucho. Estoy seguro que cuando saque la segunda parte “Un bebé” se va a convertir en un clásico de la literatura de terror: es innovador, impactante y tiene un toque de historia popular y clásica como Frankestein.
*Y si alguien se ha quedado con ganas de más, nos tienes preparadas más sorpresas aún. Tienes en fase de creación 2 libros más: “El comedor de coños” (bonito título XD) que es la tercera y última parte de las aventuras de Sigmundo y “Un bebé 2”, continuación de “Un bebé”. ¿Cómo está siendo la creación de estos libros? ¿Qué dirías a los lectores para que se animen a ser mecenas de los libros?
Estoy escribiendo “El comedor de coños” pero las historias de “Un bebé 2” están listas para salir de mi cabeza. Están todo el día ahí jodiéndome diciendo ¿cuándo te pones con nosotras? También tengo otro libro en preparación “Prostituto de extraterrestres” muy diferente a todo lo que se ha leído y que va a ser la caña. Tengo las tres novelas dentro de mi cabeza jodiéndome cantidad. Necesito sacarlas y por eso me paso el día escribiendo.
A mis lectores les diría lo de siempre: que sin ellos yo no podría dedicarme a escribir 12 horas de cada día. Que son ellos los héroes que me publican y que consiguen que esté contra todo, no yo. Que dejaré de publicar cuando ellos me retiren el apoyo. Y que hay que vender muchos libros cada mes para poder pagar el alquiler. Que si creen que lo merezco, que si les gusta lo que escribo, me ayuden a seguir creando. SI no, no. Por eso pongo tantas páginas de mis libros en mi web para que lean gratis. No quiero que nadie me compre un libro si no le gusta.
*Bueno, creo que va siendo hora de ir dejándote tranquilo ya, que tienes unos libros que crear, pero antes, me gustaría saber tu opinión sobre Internet y los libros. ¿Qué opinión tienes al respecto? ¿Afecta mucho la piratería a escritores como tú? ¿Has optado por vender en tiendas electrónicas los pdf de tus libros?
No voy a ser hipócrita. Yo soy un pirata, me bajo una película, un capítulo de televisión o algo de música casi todos los días. Lo hago porque no tengo el suficiente dinero para pagar todo lo que quiero y existe la posibilidad de tenerlo gratis. Así que si alguien piratea mis libros, está en su derecho personal y ético. Lo que si hago es apoyar a los artistas que me gustan. Me gustan las pelis de Stallone, así que trato de ir a verlas al cine. El 98% de sus pelis las he visto allí. Las de Nolan o Tarantino, todas. Me gusta Lorca, que es un músico que se financia la producción de sus propios discos, así que no le pirateo, me lo compro por iTunes. Si veo una peli de un director nuevo en internet y me gusta la siguiente voy a verla al cine. Creo que ahora se está estilando más una especia de “voy a disfrutar de tu trabajo gratis y si me gusta, te lo voy a pagar luego”. Pagué por ver “El señor” de Juan Cavestany por apoyar ese cine y ese proyecto. Mola ayudar a los que están empezando o a los que ofrecen un producto nuevo o limpio de publicidad, como Orsai. Pero no pienso pagar nunca por un tema de Juanes o por la última peli de Jennifer Anniston.
*Y creo que por hoy está todo, que tienes otras cosas que hacer, pero no te puedes ir sin responder a la pregunta tontuna!
Si pudieras cambiarte por un día por una mujer o un bebé, ¿qué elegirías y por qué?
No es una pregunta tontuna. Es la pregunta que más dice de ti y de tus problemas mentales. Todo indica que debes ingresar en un manicomio urgentemente. Mañana quizá es demasiado tarde, quizá mañana mates a alguien… Me gustaría ser una mujer para entrar en cientos de vestuarios femeninos de chicas durante ese día. Me encanta mirar el cuerpo desnudo de la mujer. Me pasaría todo mi día de mujer haciendo eso. Y ya el colmo sería buscarme algún rollo bollo, por supuesto. Sería divertido que me acostase con una chica con mi cuerpo de chica y, a mitad del acto, me convirtiera en un hombre, se me fuera cayendo el pelo de mujer, creciéndome las telas, la polla… ahí tienes una historia por si quieres escribirla. Y volver a ser un bebé… no le encuentro placer a no ser que me apetezca aterrorizar a alguien o mamar de una teta. Bueno, he escrito la novela “Un bebé” . Sabes que allí contesto mejor esta pregunta.
*Muchas gracias por tu tiempo Rafa, si quieres decir algo más, éste es tu momento!
Muchas agracias a ti por documentarte tanto sobre este desconocido y por tu tiempo. Ha sido una entrevista muy larga, me has sorprendido con tantas preguntas. Gracias. ¿Qué si quiero decir algo más? Me gusta lo que has dicho al final: ¡ES MI MOMENTO!
*Un fuerte abrazo!
Otro para ti. Gracias por tu tiempo.
2 comentarios :
Pedazo de entrevista (literalmente)!
Vale, ahora es cuando toca ser sincera. Estaba leyendo y pensando que "no me motiva este escritor", cuando de pronto me he encontrado con lo que intuyo es la filosofía de una novela que me ha parecido hiper interesante, y cito el cachito en cuestión: "Si las reglas del juego son estas, son una puta mierda y me las voy a saltar todas”. Ahí ha cambiado la perspectiva, me he interesado y Rafa se ha ganado una lectora potencial.
No lo conocía de nada y me mola haberlo descubierto en tu blog.
Las preguntas geniales y las respuestas llenas de pollas, pero también buenas xDDD
Me mola.
Uffffff!
Se me pasó contestar! Lo siento!
La verdad que en apariencia puede asustar por los temas que trata y cómo los dice, pero es parte de su encanto :D
Además, como bien dices, suelta algunas verdades como puños como la frase que mencionas.
Me alegra mucho saber que te ha interesado y le leerás :D
Un beso!
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